jueves, 10 de mayo de 2012

Sin querer, quererte.

Sujetador rosa, niqui blanco y vaqueros ajados. Una mirada dulce y unas mejillas a juego con el sujetador...así se viste Marta un lunes a la mañana.

Sale de casa tarde a comprar algo de comida. Llega al supermercado y busca esa lechuga iceberg que tanto le gusta, unos tomates y un poco de pavo bajo en grasas. Cuando llega a la cola de la caja se da cuenta que está llena de señoras mayores, algo normal cuando haces la compra un lunes a la mañana.. Entre tanta falda y zapatos de abuela aparece un chico en la cola de al lado.

Él lleva una camisa de cuadros, unos vaqueros y un pan en la mano. Marta le mira con descaro. Hace malabarismos para que no se le caigan los tomates mientras fantasea pensando que clase de vida podría tener con él...

Se imagina, yendo a la playa a dar paseos, abrazándole en el sofá de casa, comiendo juntos el pan que lleva bajo el brazo...está segura de que es muy romántico, cariñoso y tiene pinta de oler muy bien.

Le llega el turno de poner el separador y deja sus cosas en la cinta de la caja. Saca la cartera del bolsillo trasero y le paga la compra a la empleada que le ha cortado esa historia de amor que estaba creando. Se abren las puertas automáticas y antes de salir del súper, se pone las gafas de sol sin mirar atrás. Entonces alguien le llama:

-¡Marta!
-Uy, hola. ¿Que tal? ¡No te había visto!- dice ella.
-Bien, aquí comprando el pan. ¡Cuanto tiempo sin verte! ¿Que tal te va la vida? ¿Sigues trabajando?
- Bien.. Si, sigo dando guerra en la tienda de mi madre... Ahora hemos comprado el local de a lado y vamos a agrandarla ¿sabes? ¡Estamos muy contentas porque nos va muy bien! Mi hermana está un poco histérica por todo el trabajo que tenemos que hacer pero se le aguanta bien... ¡ya le conoces!- sonríe y le pregunta acelerada- ¿Tú que tal?
- Pues yo bien también, sigo en Madrid trabajando. He venido unos días porque mi abuelo falleció ayer...
- Ah, ¿si? No sabía nada... ¡Ya lo siento!
- No, no te preocupes, no pasa nada. Era ya muy mayor y la verdad es que nos lo medio esperábamos. - pone cara de pena y se agarra del hombro de Marta.- ¿Quieres un café?
- Mmm... vale, si te apetece. Así nos ponemos un poco al día.

Se alejan dejando atrás el frío del aire acondicionado y caminan despacio hacia el café Victoria que esta justo en la calle de al lado. Son Pablo y Marta. Una de las mejores historias de amor que ha habido en el pueblo. Se conocieron en unas fiestas y desde entonces nunca han dejado de quererse. Él se tuvo que ir a Madrid en busca de trabajo y ella se quedo trabajando en la floristería, junto a su familia. La distancia marchito la relación y él nunca regreso a buscarla. Se dice, se cotillea, que Pablo se buscó rápido otra chica con la que dormir en Madrid.

Se levantan de la mesa y con la bolsa de la compra en la mano Marta se acerca para darle un abrazo. Pablo le recibe con los brazos abiertos y le aprieta tan fuerte que parece que no la va a soltar. Se miran despacio y mueven sus cuerpos a cámara lenta.

- Te echo de menos... - Le dice Pablo al oído.

Marta débil le da un beso. Un beso pequeño, suave, un beso de despedida. Al dárselo siente como si le doliera. Se separa unos milímetros pero él la vuelve a acercar, devolviéndole el beso tan rápido que parece una prolongación del anterior. El beso de Pablo no sabe igual que el beso de Marta, el suyo es un beso de bienvenida. Ella se aparta, le sonríe con cara de pena y sintiéndolo mucho se va.

Pablo se queda plantado junto a las tazas de café con su pan bajo el brazo, envuelto en la cobardía que le retuvo siempre en Madrid. Sabe que no se la merece y por eso nunca volvió a buscarla. Quiere seguirla con todas sus fuerzas, pero le pesa y le hunde esa culpa que lleva dentro.

Marta unos minutos después llega al portal de su casa y al mirar el reloj se da cuenta que son las dos y media de la tarde. Sube rápido las escaleras y casi sin aliento abre la puerta de la entrada.

- ¡Cariño! ¿Dónde estabas? ¡Te estaba esperando para comer!
- Hola Javi, joe, ya lo siento...- Se acerca y le da un beso en la mejilla- He ido al súper a por unas cosillas y se me ha hecho muy tarde....
- No importa venga...te perdono, pero sientate ya, y así comemos juntos...


(FiccióN)