Hasta mañanita caritas de ranita

Tocada y hundida.

Hay frases y palabras grabadas en mí. Solo con escucharlas mi memoria reproduce un cúmulo de sentimientos que transforman mi piel en pollo y mi cara en felicidad. Lo mejor de todo, es que aparecen cuando menos te lo esperas.

Se asemejan a una canción. Esa canción que a menudo suena por mis cascos y convierte la oficina en un lugar idílico al que puedo huir sin moverme de la silla. Es como el punto G de los recuerdos, que no sabes donde está, pero cuando te lo tocan, solo tú ves lo que pasa por tu mente.

Relaciono todo lo bueno con personas. En este caso, ha sido mi hermana la que le ha dado al reset.

Me he vuelto a ver dentro de la cama de mis padres. Arropada hasta que la manta cubre mis labios. La luz del pasillo encendida porque la edad no aguanta todos mis miedos. Ella haciéndome reír hasta el ultimo minuto del día y despidiéndose siempre con la misma frase:

  - Hasta mañanita caritas de ranita.

Entonces yo, cierro los ojos y empiezo a soñar.

Os declaro . . . marido y mujer!!

Hoy, es uno de esos días tan especiales, que son difíciles de olvidar.

Dentro de esta Iglesia hay muchas caras conocidas, muchos sentimientos y mucha ilusión enfocada solo en vosotros dos. 

Tenemos ilusión por veros juntos, veros felices y que mejor sitio para casaros que en esta Iglesia. No se si os habéis dado cuenta pero los dos habéis crecido alrededor de ella. Si hacemos memoria, podríamos imaginarnos a Artur lleno de pecas, jugando al futbol en la plazoleta de fuera. Le veríamos tirándose con el patinete desde arriba de la cuesta, sentado comiendo pipas debajo del portal de Ander o simplemente yendo a casa porque mi madre ha gritado su nombre por el balcón.

María podría estar pasando con sus primas, justo por aquí a lado, para ir un sábado a misa de niños. Rubia, educada y siempre muy bien vestida. Si fuera con una mochila en la espalda, sabríamos que la mochila estaría llena de escarpines, preparada para ir a andar en piragua.

A los amigos no se nos olvidaran las horas invertidas, echando risas, en los bancos de al lado de  la tiendita. Esa tiendita en la que tantas veces habéis entrado pero donde nunca os llegasteis a encontrar...

Pero por fin llego el día. El 28 de Junio de 2009 vuestras vidas se cruzaron. En una fiestas de Irún, surgió el amor y desde entonces no os habéis separado.

Artur tiene esa alegría que nuestros padres nos han trasmitido y un toque de gracia que hace que María se ría como nunca antes le había visto. Os veo juntos y os veo felices.  Maria, se que tú cuidaras bien de él y por eso nunca me imagine una unión mejor. 

Por último, y para mí lo más importante de todo, deciros algo que os repito siempre que puedo... os queremos mucho a los dos y espero que seáis muy felices juntos.