martes, 27 de diciembre de 2011

Sentirse pequeña, no es justo.

Me pongo el abrigo. Hago el recuento de cosas: llaves, dinero y móvil. Con las llaves del coche en la mano comienzo a bajar las escaleras de casa. Antes de salir del portal, respiro y allá voy.

Camino deprisa. Son las 7 menos 20 de las mañana y no hay nadie por la calle. Miro para atrás un par de veces e intento ser fuerte y estar atenta a que nadie se acerque a mí.

Hace tiempo cuando volvía de farra, siempre llevaba el móvil en la mano. Hasta que un día me di cuenta de que no me iba a servir de nada. Necesitaba llevar algo que de verdad me defendiera. Entonces opté por un mechero. Si a alguien se le ocurriera hacerme algo, le quemaría el pelo.

Seré una paranoica o una persona sensible a los sucesos, pero la realidad es que la violencia existe. Muchos pueden pasar del tema y dejar de pensar en esas cosas. Yo y muchas mujeres como yo, no.

Estoy harta de tener que salir de casa con miedo. Si son las 2 de la mañana o si son las 6 de la mañana. Voy a trabajar y tengo que estar alerta de que nadie me haga nada. ¿Es eso algo normal?

No veo que haya mucha solución a este problema. Pienso que la violencia no se arregla con violencia, pero cada vez tengo más claro que si algún día alguien me hace algo, lo único que me va a salvar es que yo le haga mas daño a él.

Defensa personal, un spray o una patada en los cojones. Todo son agresiones. Porque por muchas leyes que haya, por muchas manifestaciones que hagamos, la única manera de defenderse de personas completamente perturbadas es haciéndoles mas daño a ellos.

No sé bien que reivindicar con este post. Decir que tengo miedo. Que me vuelvo desconfiada hasta cuando veo al repartidor del pan.

Los hombres no podéis hacer mucho, pero tampoco os concienciáis nada. Somos vuestras novias, vuestras hermanas y vuestras madres.

Uno de mi trabajo tiene una idea genial para este tipo de gente que hace el mal. La ley debería castigarles disfrazandoles de conejo rosa. Y os preguntareis ¿De conejo rosa?

Si, deberían de ir bien diferenciados por la calle. Para que todo el mundo les pueda ver. Para que realmente se sientan humillados y se den cuenta de lo que han hecho. Que se sientan tan pequeños como las victimas.

Ya esta bien de agredir y después vivir la vida, como si no se la hubieras jodido a otra persona.

1 comentario:

  1. Clap Clap Clap.

    Y casualidad he leído esto dos minutos después de quedarme helado con este titular: "Mi hijo no sabe, y no tiene por qué saber, que soy un maltratador". No te jode, de rositas te vas a ir por la vida...

    http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/12/27/actualidad/1324945905_888871.html

    Homeriki

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